miércoles, 28 de septiembre de 2011

AMOR IMPOSIBLE

Tengo un amor prisionero
que al evocarlo me hiere,
como un puñal que se hundiere
en mi corazón, certero.
Hay pena que tarde muere,
tras un amor verdadero,
si nunca correspondiere
amor, con otro sincero.
Yo estoy en este avispero,
cegado porque no viere,
que a quién amo no me quiere,
y a quién me quiere, no quiero.

Abro a mi pena la puerta
llegando la madrugada,
y me pierdo en la alborada
de mi amor que se despierta.
Dejo la pena olvidada
y la ilusión entreabierta,
soñando que se concierta
nuestro amor bajo la almohada.
Y al ocaso, la mirada
sobre el umbral está alerta,
que sigue la puerta abierta
y mi pena encarcelada.

Sueño despierto y me olvido
de mi triste condición,
y se escapa el corazón
de esta cárcel, redimido.
Pero el sueño, a la razón
de la vida, torna herido,
como un pájaro que al nido
regresa sin convicción.
No existe la redención,
para un corazón rendido,
si por haberte querido,
ha de seguir en prisión.

Sigo bebiendo en la fuente
que mana mi desventura,
y es tanta mi calentura,
que bebo constantemente
para saciar mi locura.
Y cuando inclino la frente,
al cristal de mi cordura,
se refleja mi amargura
bostezando en la corriente,
y un murmullo persistente,
que surge desde la hondura
de mi pozo de tortura,
me dice insistentemente:
que mi sed no tiene hartura.

Cristo dijo, a la sazón:
“si tu brazo fuera un día
motivo de tentación,
cortarlo más te valdría,
pues manco te llevaría
a la eterna salvación”.
En base a la profecía,
quiero abrir mi corazón
al cauce de la razón,
que mi dolor tanto ansía.
Dadme, Señor, la ocasión
de arrancar la pena mía.

No quiero seguir soñando
despierto en mi fantasía,
con la miel de la alegría
que llega siempre llorando.
Quiero seguir meditando
que hasta ayer aún te quería,
que hoy mismo ya es otro día,
para empezar olvidando.
Y mientras lo estoy pensando
se inquieta la pena mía,
hoy no es mañana, decía,
para olvidar recordando.

Sigo abrazado al madero,
de esta cruz nunca añorada,
que está en mi pecho clavada
con estiletes de acero.
Gólgota de encrucijada,
donde se pierde el sendero,
infinito y verdadero,
que me lleva hasta la nada.
Sigue el amor prisionero,
mi pena crucificada,
y el grito de mi te quiero
muerto por una lanzada.

Que yo no quiero quererte,
si por el mismo sendero,
han de andar, al retortero,
juntas, la vida y la muerte.
Si de mi amor a mi suerte,
hay un camino certero,
sin retorno. Yo prefiero
seguir soñando y no verte.
¿Cómo puede ser tan fuerte
el cariño verdadero,
si por decirte, te quiero,
tengo también que perderte?.

O.Z.M.

NOTA: Estos versos son también de mi primera época como aprendiz  de poeta.

sábado, 24 de septiembre de 2011

YO LA HE VISTO

Yo la he visto perderse en las sombras      Yo la he visto mil veces llorando,
de oscuro sendero.                                   los ojos al cielo,
Yo la he visto subir en suspiros,                desgranar entre mudos sollozos
bajar en silencio.                                       algún padrenuestro.
Yo la he visto cortar rojas flores                ¡Cuántas penas flotando en el aire
de olvidado huerto,                                   se lleva el recuerdo!
cuando el sol en el cénit fundía,                  ¡Cuántas ansias de amor imposible
sus cálidos besos.                                      despiertan sus besos!
Yo la he visto en la fosa sombría,               Cuántas horas, tal vez infinitas,
do en plácido sueño,                                  la nombro en mis sueños,
descansan                                                  soñando
los muertos,                                               despierto,
dejar con el alma encendida                       y al compás de sus ecos renacen,
de tristes recuerdos,                                   en hondo silencio,
la huella                                                      mis dulces
de un beso.                                                anhelos.
Yo la he visto cruzar los umbrales               Yo conozco la senda que empieza
de aquel cementerio,                                  donde acaba el sueño,
cuando son más opacas las notas               y conozco también donde nace
del reloj del pueblo.                                   el ancho sendero,
Yo la he visto el manojo de rosas               que nos lleva del brazo cogidos
prendido en el pecho,                                 al verde terreno,
volar por los aires, con ansias                     donde solos, sombríos, sin alma,
de besar el suelo.                                       descansan los muertos.
Yo la he visto después levantarse               Cuánto amor escondido, imposible,
y en blanco pañuelo                                   descubren mis versos,
bordado                                                    al irlos
de negro,                                                   tejiendo,
enjugar una lágrima altiva                            y cuán triste es soñar, despertando
que en sus ojos bellos                                que es noble y es necio
temblaba,                                                  seguirla
¡silencio!                                                   queriendo.
                                                                                       
                                            O.Z.M.


Nota.- Creo que yo tenía no más de 16 años y estaba dedicado a una chica de mi
pueblo de quién estuve muy enamorado.


miércoles, 21 de septiembre de 2011

COMO EL RÍO


    Y el rio se hizo mar en la distancia,
voló su transparencia y armonía,
su perfume de amor y su alegría
más allá del cantar de su arrogancia.
    Perdido entre los muros de su infancia,
donde el sol casi nunca se ponía,
buscaba sin cesar su lozanía,
pero nunca encontraba su fragancia.
     Y el mar lo devoró como a un demente,
pues se hizo de su mundo un pasajero,
un extraño, tal vez, en su corriente.
     Yo quisiera encontrar un agujero,
donde pueda soñar alegremente,
y siendo de mi ayer aún prisionero.

      Cuando el rio ya no pueda correr,
por el cauce de su ayer andadura,
cuando vuelen, tal vez, sin su frescura,
los recuerdos que llegan del ayer.
      Cuando pierdas el tren de amanecer,
que viaja por el viento, sin cordura,
cuando sientas que ya no hay hermosura,
ni siquiera un mortal a quien querer,
no vuelvas a mirarte en el espejo,
que ayer te devolviera tu alegría,
y tal vez te ofreciera algún consejo,
porque en él tu perfil se escondería,
allí no existe ni siquiera un viejo,
allí solo es de noche, no de día.

                                                 Yo no quiero pensar en la tristeza,
que supone olvidar un sentimiento,
cuando no vaya acorde el pensamiento,
con la luz y el color de la belleza,
que ofrece sin parar Naturaleza.
    Y si acaso llegara este momento,
que no tenga dolor, ni sufrimiento,
pero sí corazón y fortaleza.
    Que me tenga una mano siempre asido,
diciéndome en voz baja y en mi orilla:
  “ No estás solo, mi amor, estás perdido,
y a tus pies mi cariño se arrodilla,
por lo mucho que tú me has ofrecido,
mi propio corazón a ti se humilla”.
 
                        O.Z.M.
             21-09-11  (Día mundial del Alzheimer)

Nota.-Dedicados con cariño a todos los enfermos de Alzheimer y a sus cuidadores.



viernes, 16 de septiembre de 2011

LA PATERA DE ALÁ














ESPERANZA
La tarde se acostaba en la ladera,
que formaban las dunas del desierto,
al rojo claroscuro del concierto
que la brisa entonaba en Primavera.
A lo lejos, la playa placentera,
el mar en calma, el corazón abierto,
la paz en vilo, el porvenir incierto,
y en la arena, acostada, la patera.
Alá en la cumbre, más allá del monte,
la esperanza intranquila, dormitando
el sueño de ilusión del polizonte,
que a la playa se acerca suspirando,
la mirada perdida al horizonte.
Y todo el porvenir, de esta manera,
abrazado al timón de la patera.

ILUSION
Silencio en la cubierta. Lentamente,
la noche se abalanza sobre el día,
penetra en su costado, todavía
se escucha su rumor incandescente.
Pupilas dilatadas, al relente,
que la brisa del mar introducía,
la mirada perdida. Oscurecía,
y el amor cabalgaba dulcemente.
A impulsos de ilusión, mal contenida,
la proa zigzagueante, abre el camino
abierto a la esperanza consabida.
Ignora el polizón su triste sino,
incluso al arriesgar su propia vida,
buscando sin cesar, mejor destino.
Que a veces la patera se convierte,
en el viejo verdugo de la muerte.

TRISTEZA
¿Llegarán las plegarias a la orilla,
más allá del estrecho solitario,
que a veces es pasión y hasta calvario,
de un largo caminar, donde se humilla,
la altiva frente, que el dolor mancilla,
cuando el pie del gigante insolidario,
aplasta la razón del más precario,
y le escupe, arrogante, en la mejilla?.
¿Volverán nuevamente las pateras,
a surcar, en un próximo mañana,
preñadas de ilusiones, sin fronteras,
las costas de una España, tan cercana?.
¿O serán otra vez, las patrulleras
las que cierren de nuevo su ventana?.
Cerrad los ojos, una vez, guardianes,
que son seres humanos, no rufianes.

O.Z.M.

Nota: Año 1998, época en la que empezaban a llegar a España las primeras Pateras con inmigrantes sin papeles.

martes, 13 de septiembre de 2011

CUANDO EL AMOR LLAMA

                               
                         












         CUANDO EL AMOR LLAMA
                                               
                        Soneto
 ¡Oh¡ cuántas veces con dolor profundo,
te vi  alejarte de mi amor sincero,
cual huye del Pastor su fiel cordero,
y busca asilo en el redil del mundo.
Era yo aquel pastor, que vagabundo,
buscaba tu pisada en el sendero,
mientras tú, de la cruz en el madero,
clavabas mi dolor de amor fecundo.                                           
Aquella errante oveja descarriada,
volvió de nuevo su redil buscando,
mientras solo el Pastor, en la majada,
perdónala, Señor, iba rezando.
Dirás tu, corazón, está cerrada
tu puerta, si el amor viene llamando.
                      
                     O.Z.M.


Nota.- Este soneto también debe formar parte de mi colección antigua,
porque lo tenía escrito a bolígrafo. 

EL REGRESO

                      Soneto
    Y el amor respiró en aquella puerta,
llorando sin cesar su desvarío.
Dichosa juventud que con el frio,
a los ojos del mundo se despierta.
Y el Pastor, que su casa tenía abierta,
a esta oveja en su enorme descarrío,
allí estaba rezando junto al rio,
encontrando  la mies siempre desierta.
  Con cuanta sensatez la recibía,
cuanto amor en sus brazos la entregaba,
cuantos besos al cabo le daría,
que el sol, allá en el cielo,  los contaba.
  Bailaban la ilusión y la alegría,
y el redil del Pastor se alborotaba.
  
O.Z.M.
13-09-11















        DESTINO
                 (Soneto)
   Me he mirado en tus ojos, he querido,
-nave sin rumbo en el olvido anclada-
en el inmenso azul de tú mirada
buscar refugio de mi amor rendido.
  Te he seguido mirando, he pretendido
con el afán de un alma enamorada,
rasgar las dudas, descubrir la nada,
en el abismo de tu amor fingido.
  Se ha rendido mi amor ante el destino
que en tus ojos sin luz se adivinaba,
y he soñado despierto en el camino,
donde solo mi amor peregrinaba,
de la senda fatal el triste sino
que a mi amor imposible le aguardaba.

                     O.Z.M.   
Nota.-   También de mi primera época.
 
           Y ESTE ES EL HOY 

                   (Soneto)
  Y la vida  viajó  por el sendero
donde ayer mi dolor peregrinaba,
y buscaba el mañana y tropezaba,
y seguía otra vez, siendo viajero.
  Y un mundo delirante  y lisonjero,
en aquel viejo tren, siempre añoraba,
y a su puerta llamando, suplicaba,
que me hiciera feliz, no prisionero.
   Y al fin se hizo la luz y amanecía,
y el amor se acostaba en sus albores,
respiraba en mi alma,  atardecía,
y el dolor se ocultaba entre las flores.
   Pero vino otra vez aquel mal día,
y empezó a desnudar los mis amores.

                       O.Z.M.
               Huelva 13-09-11



                      




                       

domingo, 11 de septiembre de 2011

EL RÍO

                       EL RIO
         
              (Soneto con estrambote)

    Nace el rio, sonámbulo, invidente,
del parto de una roca, inmaculado,
y empieza a desplomarse, alborotado,
por la rugosa y vertical pendiente.
   Penetra en el abismo, inconsecuente,
cual pájaro que el nido ha abandonado,
cascada cristalina, espejo alado,
que remansa su vuelo en la corriente.
   Empieza a caminar, su inconsistencia
va soñando senderos virginales,
abriendo el pecho a su infantil prudencia,
serpentín de recodos naturales,
que ensancha y aprisiona con la afluencia
del caudal de sus brazos manantiales.
   El hombre que despierta a su albedrío,
se comporta en la vida, como el rio.






               








         EL RIO ASÓN
             
  (Soneto con estrambote)

    Así nace el Asón, como un torrente,
de cántabros  efluvios  manantiales,
suspiro de montañas ancestrales,
que circundan la cuna, en que silente
dormita en arroyuelo transparente,
al canto de las brisas virginales
del valle de su nombre. Por Ramales,
es un joven inquieto, previamente,
fue niño en Arredondo. Por Gibaja,
empieza a despertar y es prisionero
en Rasines y Udalla, porque baja
remansando sus aguas. Por Ampuero,
ya es anciano y prepara su mortaja.
    En Limpias se obscurece su sendero,
que está Treto  muy cerca. El mar bravío,
lo devora de un trago. Ya no es río.

                       
                          O.Z.M.

Nota.- Estos sonetos, son también de mi primera época de estudiante.
            Yo era un gran aficionado a la pesca del salmón.
            El rio Asón pasa por mi pueblo, Limpias, donde se convierte en ría
            precisamente. Y pasa por todos los pueblos que aquí cito en  mayús-
            culas y que naturalmente tuve que recorrer por ser pescador.

jueves, 8 de septiembre de 2011

A LA BATALLA DE FLORES


   A LA BATALLA DE FLORES
                                                                
            (De Laredo-Cantabria)
                    
                     SONETO

 Llueven los confetis de vivos colores,
bailan serpentinas al compás del viento,
cruzan las carrozas con marcado acento
y entablan combate entre aplausos y flores.
  Se escuchan clarines, redoblan tambores,
tornan las carrozas del combate incruento,
las nubes entonan desde el firmamento,
canciones eternas por los vencedores.
  En pos de sus redes van los marineros,
entonando alegres canción inmortal
en torno a los bravos y nobles guerreros
que tras una larga batalla campal,
vuelven victoriosos cruzando senderos
y elevan al cielo la marcha triunfal.

           O.Z.M.

NOTA.- Este soneto fue escrito por mí, cuando tenía 16 años.  De la misma época de  EL RELOJ  DE LIMPIAS,  publicado hace unos días, pero tiene una importante variedad y es que está escrito en versos dodecasílabos, en lugar de endecasílabos.


 
   





  


 A LA BATALLA DE FLORES DE LAREDO

               (Sonetos)     08-09-11
  
     De niño  por mí siempre fue añorada
aquella vacación que tanto espera
el duro luchador,  que en  Primavera,
quiere siempre colgar su vieja espada.
    Disfrutar en la playa acostumbrada,
con el cubo y la pala postinera
poniendo en su castillo una bandera,
y  en el bosque del cuento, una alambrada.
     Mi playa de Salvé, grande y vacía,
Laredo el horizonte más cercano,
un punto de ilusión y fantasía,
cuando el hoy aún estaba muy lejano,
y el ayer fuera un pueblo todavía,
sin turismo siquiera en el verano.

    Y llegaba en Agosto tan querida,
La Batalla de Flores, que era esencia,
de una hermosa tradición, presencia,
que tiene más de cien años cumplida.
    Carroza de colores, donde anida
un cuento, una ilusión, una experiencia,
tal vez una emoción, como en Valencia,
aunque no haya “cremá” correspondida.
   En mi pueblo los niños y mayores,
pasábamos  la víspera anhelante,
pegando  pétalos de mil colores
en aquella carroza fulgurante,
que espera en el mañana sus honores,
allende el barandal del dibujante
                    O.Z.M.

lunes, 5 de septiembre de 2011

EL RELOJ DE LIMPIAS (CANTABRIA)

                    (Soneto)
En el silencio de la noche oscura,
cuando todo parece estar dormido,
se escucha melancólico el tañido
de una torre que vela allá en la altura.
El eco triste de su voz perdura
poco a poco se pierde su sonido
que el viento lleva lejos, dolorido,
bajo el manto ideal de su negrura.
Ya no lo escucho desde mi aposento,
ya no contemplo su figura erguida,
solo capto el silbar recio del viento
que anuncia sin cesar la despedida
de un amor que nació en mi pensamiento
y acabó en los umbrales de la vida.
O.Z.M 
Nota: Este soneto fue escrito cuando yo tenía
16 años

                 EL VIEJO RELOJ
                  
                  (Sonetos)
   
  Hoy estás, mi reloj, casi escondido,
respirando el silencio de tu vida,
sangrando de malezas por tu herida,
que deja entre la piedra un alarido.
      Casi, casi,  la edad ya te ha vencido,
la cumbre de tu ayer aún está erguida,
vigilando tu sombra distinguida,
que la gente siquiera ha comprendido.
      Tú campana de ayer fue tan sonora ,
que volaba en el viento de aquel fuerte,
y su voz cantarina y precursora,
recorría mi pueblo, y hoy se advierte,
que te fuiste soñando con la aurora,
y en la noche acostando con la muerte.


      Cuantas veces he visto en tu mirada,
jugando,  niño, en tu portal un día,
retozando en tu sombra de alegría,
la tristeza en tus ojos reflejada.
      Abajo el rio en su habitual morada,
va camino del mar con armonía,
y también desde ti la Iglesia abría
el dulce ventanal de su alborada.
      Aún existes reloj,  y estás plantado
simulando una torre allá en la altura,
tu esfera y tus agujas se han rayado,
y no veo el cristal de tu armadura.
       Te has ido desplomando en el pasado,
tan solo  has conservado tu figura.
O.Z.M.