¿Dónde estás, amistad, que hoy no te siento,
donde está tu ternura palpitante,
que ayer volaba por el cielo, errante,
y hoy se sienta en el clamor del viento?.
No quisiera yo herir tu sentimiento,
prisionero de ti, soy caminante,
viajando por un mundo tan distante,
que solo lo descubre el pensamiento.
La amistad, casi siempre, es duradera
mucho más si nos fuera conocida,
que recorre la senda tan certera,
que llega al corazón donde se anida,
la dulce sensación de quien espera
su añorada visita en esta vida.
No te vayas volando cual cometa,
que escapa de la mano en un descuido,
se esconde entre las nubes, sin un ruido,
y se queda en el mar, flotando inquieta.
Regresa a la ilusión de este planeta,
que circunda la nave del olvido,
más allá del azul indefinido,
que en las propias estrellas se sujeta.
Quiero estar a tu lado, simplemente,
recorrer presuroso la distancia,
que separa el ayer del hoy presente,
que ya no tiene edad, ni tolerancia,
que está dormido, casi siempre ausente,
y le da a su virtud mucha importancia.
No te pierdas, amiga, entre las rosas,
que adornan tu jardín al mediodía,
respirando fragancias y alegría,
que llegan hasta el rio, silenciosas.
No te ocultes jamás en las rocosas
murallas, que destilan lejanía,
que esconden tu hermosura y lozanía,
más allá de las nubes majestuosas.
Quédate donde ayer fue primavera,
prendida en tu pupila dilatada,
que te pueda encontrar en la pradera,
donde siempre te hallabas recostada,
respirando la hierba en la ladera,
y sintiendo en mi orgullo tu mirada.
Una duda y vacila mi esperanza,
un silencio y se pierde su latido,
un adiós y me dejas malherido,
tendido en la cuneta de añoranza,
donde siempre se sueña y no se alcanza,
lo que fuera, hasta ayer, incomprendido.
Que no quede tu mano en el olvido,
tendida en el portal de mi confianza.
Que no espere otro abrazo al mediodía,
o tal vez una nueva sensación,
transportada en un carro de alegría,
que recorra tu senda y tu ilusión.
Yo te sigo esperando todavía,
porque aún tengo, amistad, un corazón.
O.Z.M.
Hoy, Olegario, nos traes una suma de valores: la amistad, la versificación de endecasílabos y tu ternura puesta al servicio de la poesía. Un abrazo.
ResponderEliminarUna oda a la amistad admirable. En tus versos, que son perfectos formalmente, se encuentra toda una visión personal de la amistad expresada en la sutileza de la imagen poética, en la metáfora y en la adjetivación más delicada.
ResponderEliminarLo que más me gusta de todo es la apóstrofe, el dirigirle la palabra a un ente espiritual, intangible, como es la amistad, al tesoro precioso que representa...y el último verso, colofón magistral de tan excelente poema.
Un abrazo
No me cansaré de repetir que la amistad es uno de los sentimientos mas bellos que podemos tener.
ResponderEliminarClaro que dicho con tus letras, además de hermosas demuestran una sensibilidad muy especial por los amigos, todo un tesoro que proteger y mantener.
Un fuerte abrazo
Buenas tardes.
ResponderEliminarHe entrado en este blog y me ha encantado este Poema a la amistad.
Mi enhorabuena desde Valencia.
saludos cordiales, Montserrat
Qué bien reflejas el dolor del amigo perdido.Cómo se añora su tiempo.
ResponderEliminarAbrazos
Piedra
Quiero agradeceros a todos vuestras palabras de elogia a
ResponderEliminareste poema a la amistad, que quisiera de veras poder compartir con todos. Un abrazo.
Gracias Olegario por hacernos partícipe de tan hermosos versos.
ResponderEliminarUn abrazo