martes, 29 de mayo de 2012

A MI AMIGO JUANJO


               Cabalgando

   Te fuiste Juanjo, caballero andante,
con tu enorme ilusión y verborrea,
abriendo el pecho a la simpar tarea,
de hallar un mundo justo y dominante.
  Te armaste caballero en un instante,
en el viejo mesón de aquella aldea,
te entregaste al amor de Dulcinea,
y al paso singular de Rocinante.
   Cabalga, amigo Juanjo, en la distancia,
que tu marcha nos tiene prometida,
y retorna maduro de tu infancia,
que dejaste en nosotros, tan sentida,
que echaremos de menos tu arrogancia,
y también tu nobleza desmedida.
   Cabalga, amigo Juanjo, a la sazón
y no des un traspiés en tu ilusión.
     
                      Escudero

A vistaron, al alba, seis molinos,
M ayestáticos seres de este evento,
I mpulsadas sus aspas por el viento,
A la rueda moliente, sus destinos.
M iraban sin cesar. Monstruos mezquinos,
I nfames y malvados, más de ciento,
G igantes con mil brazos, Sancho cuento,
O blíganme a acallar sus desatinos.
J oder, Vuesa merced, que no son tales,
U nos cuantos molinos, a fe mía.
A plaque, mi señor, sus genitales,
N o me obligue a exponer mi valentía,
J  amás ante unos hechos naturales,
O tendré que pensar que desvaría.
 Supongo, Juanjo, y en verdad lo espero,
en  vez de ser Quijote, sé escudero.

                                                                    
                      O.Z.M.

Nota.-Estos son Sonetos con estrambote.
  Para leer el acróstico del último, he colocado
 la primera letra de los catorce versos 
 una debajo de otra,  en Mayúsculas, y en
negrita, para poder leerlo fácilmente, incluso
 separando las palabras.

martes, 22 de mayo de 2012

A UN AMIGO

                       
                                                                 El sueño
   
   Volaste como pluma que en el viento
se hallaba suspendida a su albedrío,
lo mismo que una rosa, que en el río,
se siente reina de su propio cuento.
    Desliza por el agua el sentimiento,
sonríe a su belleza y poderío,
nunca piensa  siquiera en el desvío,
que el cauce habrá de dar en su momento.
    Y el río se hizo mar en la distancia,
y  la rosa perdió su fortaleza,
su locura de amor y su fragancia,
allí donde se acaba la grandeza,
allí donde termina la elegancia,
allí donde se pierde la belleza.
                                                            
                                                                 El velero   
                                               
                                              Y allí te fuiste tú, soñando un día,
querido amigo de mi ayer distante,
tú que fuiste conmigo un navegante,
de aquel velero que del mus surgía,
que llegaba abrazado a la bahía,
cuando el sol en el cénit, palpitante,
detrás de nuestro mar, y caminante,
en los brazos del mismo se dormía.
    Sigo soñando con aquel velero,
que en la noche del  puerto se acostaba,
después de navegar nuestro crucero.
    La luna por un hueco se asomaba,
y una estrella fugaz, con  el lucero,
jugando al escondite se ocultaba.
            
                 Adiós amigo

   Un abrazo, callado y muy sincero,
te quiero dar, amigo, en este día,
que sabe a soledad y no a alegría
a llanto, y sufrimiento verdadero.
  Yo también volaré por tu sendero,
yo también pasaré por tu agonía,
yo también soñaré en la lejanía,
surcando el otro mar  en tu velero.
   Tenemos que llorar, porque es humano,
tenemos que sufrir, porque sentimos,
y también recordar, al buen hermano,
y sentir la amistad que ayer vivimos.
   Y todo ha de venirnos de la mano
de un profundo dolor, pues que existimos.

                                                                   O.Z.M.

martes, 15 de mayo de 2012

¿DONDE ESTA LA VERVAD?


  
 Cuando el pueblo se esconde en la evidencia,
de alguna enfermedad, ya detectada,
pretende descubrir una pomada,
que oculte de verdad, lo que la ciencia,
hace mucho que ya tiene conciencia,
de la enorme gravedad palpada,
mas no quiere incidir, con su mirada,
del peligro que entraña su existencia.
   Y el pueblo o la nación le van poniendo,
a este enfermo, que es un puro lamento,
unas toallas mojadas, casi ardiendo,
empapadas, sin más, en un ungüento,
porque nadie descifre este remiendo,
que nosotros ponemos en el cuento.

      Y sacamos la Ley del apellido,
la píldora, el divorcio, cualquier treta,
y tal vez el dopaje de un atleta,
porque el pueblo se encuentre entretenido.
     Que no piense la plebe en el herido,
que el doctor vaya haciendo la maleta,
y que extienda al final una receta,
diciendo que la gripe no ha existido.
     Que fue una simple alarma, bien tratada,
un indicio, un conato pasajero,
una crisis, tal vez muy mal llamada,
o la voz de un rival muy puñetero,
que espera en el portal de su morada,
ver pasar un cadáver postinero.

     Que hay cosas que se saben de tirón,
y se pueden probar muy fácilmente,
la estadística dice, casualmente,
que esta España de nuestra bendición,
es cristiana de todo corazón,
un ochenta por ciento y es patente,
que aunque no fuera activa, si  es creyente,
lo demuestra una encuesta en población.
    Y es que a mí me resulta original,
mirando la Constitución vigente,
que este Estado no sea confesional,
y resulte tal vez más convincente,
respetar el derecho universal,
de toda religión omnipresente.



                    O.Z.M.

martes, 8 de mayo de 2012

SAMARITANO

                  
    
    Pero el cuerno de un África olvidada,
cansada en este mundo de sufrir,
tiene ahora otra cuesta que subir,
la del hambre que nunca fue escalada.
     Y las moscas se posan en bandada,
en su cuerpo moreno y sin vestir,
y sus ojos abiertos, sin abrir,
nos hablan de tristeza en su mirada.
    Esta especie de colmena errante,
que nos pide su amor día tras día,
va cruzando el sendero, caminante,
tratando de encontrar una alegría,
que le lleve a otro mundo más distante,
que tenga un alma abierta a su agonía.

    Y en este eterno caminar callado
sin saber dónde va su corazón,
va dejando montones de ilusión,
por atajos de muerte que ha pisado.
    Si esta escena que tanto has contemplado,
plasmada en tu  habitual televisión,
no ha llegado hasta ti con emoción,
poco tiempo hacia ella has dedicado.
    No te quedes por siempre en tu riqueza,
contando tus caudales simplemente,
que hay un mundo que llora de tristeza,
no tiene que comer y está invidente
se acuesta y no sabe con certeza,
si el mañana vendrá o estará ausente.

     Despierta, corazón, de tu opulencia,
desnúdate también de tu avaricia,
de tu mundo de ayer, de tu codicia,
y empieza a caminar por la prudencia.
     Navega por el mar de la inclemencia,
con tu sueño abrazado a la caricia,
que el mástil de tu barco sea justicia,
y el viento del dolor, intransigencia.
     Cuando vieras el cambio que le has dado
al timón de tu cuerpo, que es humano,
sentirás un placer inusitado,
y el prójimo que ayer no era tu hermano
volverá a serlo hoy, rehabilitado,
y tú serás un buen samaritano.

                      O.Z.M.

   

     



   
    

lunes, 7 de mayo de 2012

INJUSTICIA


     Por allí andaba el hombre, desnudado,
posesivo  de un mundo superior,
poblado de  riqueza en derredor,
con  la flora y la fauna a su costado.
    Y pasó el nuevo mundo por su lado,
y el avaro llegó a conquistador,
se hizo dueño, tirano y dictador,
y explotó su riqueza entusiasmado.
    Siguieron estos hombres malviviendo
igual que sus abuelos, de natura,
a la caza y la pesca iban siguiendo,
y la lanza fue ayer su asignatura.
     Muchos de ellos también iban muriendo
a golpes del tirano o de amargura.

     Y llegaron a casa otros pastores,
con la sangre del pueblo soberano,
destronando al anterior tirano,
y llamándose así,  libertadores.
     Pero fueron también conquistadores,
que abrazaban al blanco cortesano,
vendiendo hasta su piel al artesano,
que siempre le ofreciera sus favores.
      Y aquel pueblo siguió tranquilamente,
viviendo sin vivir en su agonía,
el hambre se acostaba en el relente,
y llorando en la cueva se dormía.
      ¿Hasta cuándo ha de seguir la gente,
mendigando su pan de cada día?.

       Pero el mundo no aprende esta lección
que con notas de amor se está cantando,
poco a poco la oculta y va olvidando,
no sabe ni siquiera una oración.
       No recuerda la letra, el corazón
también petrificado, está callando,
cuando mucho le dice, susurrando,
no olvides tu riqueza y ambición.
       ¿Adonde vamos, corazón de acero,
que viajas por el mundo sin sentir,
que sigue siendo para ti, usurero,
una forma vital de subsistir,
tú que niegas el pan al pordiosero,
poniéndolo en el muro a bien morir?.

                       O.Z.M

viernes, 4 de mayo de 2012

SOÑANDO



      Hoy estuve soñando junto al prado,
que crece en este mundo, sin bandera,
dibujaba en mi sueño una quimera
y un rebaño pacía a mi costado.
    La hierba era muy fresca, yo acostado
y un redil fabuloso en su ladera.
    Alerta el buen pastor, siempre de espera,
llamando sin cesar a su ganado.
     Qué triste despertar, cuánta desgana,
en este soñador tan idealista
que cantaba al amor en su ventana,
buscando sin cesar una conquista,
en un mundo que ayer fuera mañana,
y hoy tan solo es un ser materialista.

      Los que antaño se fueron a buscar,
al  hombro su escopeta de ilusiones,
los lazos de hermandad en las naciones
que la hambruna llamaba sin cesar.
     Los que siempre entregaban sin dudar,
la palabra, el amor, los corazones,
la fuerza, la amistad, las oraciones,
y la vida en su esfuerzo singular.
     Se fueron cual ignotos pasajeros,
de este barco perdido en lontananza,
que no sabe buscar nuevos senderos,
que tiene arrinconada la esperanza,
y también en sus brazos, prisioneros,
la razón, el amor y la confianza.

     ¿Donde está en este mundo irreverente
la voz de aquellas almas tan calladas,
sus mensajes de amor, sus alboradas,
y el dulce palpitar de su corriente?.
      ¿Dónde está aquel arrullo permanente,
que llenaba de amor sus madrugadas,
donde están sus pasiones arraigadas,
que hoy no pueden vivir entre la gente?
        Te lo quiero decir sin pesimismo
tal vez con ilusión, mas no con suerte,
que el mundo está pasado de egoísmo,
y es por esto que pronto así se advierte
que duerme en el actual materialismo,
y se olvida por siempre de la muerte.      

                         O.Z.M.

Nota.- Parte de 9 sonetos que forman una trilogía dedicada al hambre.